Oracion Al Justo Juez

Divino y Justo Juez de vivos y muertos, eterno Sol de Justicia, encarnado en el casto vientre de la Virgen
María por la salud del linaje humano, Justo Juez, Creador del cielo y de la tierra y muerto en la Cruz por mi amor. Tú que fuiste envuelto en un sudario y puesto en un sepulcro del que al tercer día resucitaste vencedor de la muerte y del infierno, Justo y Divino Juez, oye mis súplicas, atiende a mis ruegos, escucha mis peticiones y dales favorable despacho. Tu voz imperiosa serenaba las tempestades, sanaba a los enfermos y resucitaba a los muertos como a Lázaro y al hijo de la viuda de Naim. El imperio de tu voz ponía en fuga a los demonios, haciéndolos salir de los cuerpos de los, oído a los sordos y perdón a los pecadores, como a la Magdalena y al paralítico de la piscina. Tú te hiciste invisible a tus enemigos, a tu voz retrocedieron cayendo por tierra en el huerto los que fueron a aprisionarte, y cuando expirabas en la Cruz, a tu poderoso acento se estremecieron los orbes. Tú abriste la cárcel a Pedro y le sacaste de ella sin ser visto por la guardia de Herodes. Tú salvaste a Dimas y perdonaste a la adúltera.
Te suplico, Justo Juez, me libres de todos mis enemigos. La Sábana Santa en que fuiste envuelto me cubra, tú Sagrada Sombra me esconda y me proteja. Venga tu espíritu para que me defienda en los tribunales de la injusticia.
¡Oh Jesucristo, Justo y Divino Juez!, ayúdame en todas mis angustias y aflicciones, lances y compromisos.
Tú eres mi pastor, ¿qué me puede faltar? Tu Sangre me purifique, tu Manto me proteja, tu Mano me bendiga, tu Poder me fortalezca, tu Cruz me haga seguirte para que Tú seas mi escudo en la vida y en la hora de mi muerte!
¡Oh Justo y Divino Juez, Hijo del Eterno Padre, que con él y con el Espíritu Santo eres Dios verdadero! ¡Oh
Verbo Divino hecho hombre! Yo te suplico me cubras con el manto y poder de la Santísima Trinidad para que libre de todos los peligros glorifique tu Santo Nombre, AMÉN.
Divino y Justo Juez, acompáñame en mi viaje, líbrame de todo peligro y accidente, defiéndame de mis enemigos y socórreme en mis necesidades.