Orula tenía una estancia y Malé, que bajaba todas las
noches del cielo por una soga, se comía toda la cosecha. Enterado Orunla hizo
ebó con una botella de otí, comida de todo tipo y un machete. La llevó a su
finca, vino Malé, vio aquello, y comió y bebió hasta que se cansó; reposó un
poquito con el propósito de irse enseguida, pero se quedó dormido. Orula
aprovechó y cortó la soga con el machete. Cuando Malé despertó, ya era de día;
entonces le dirigió súplicas al cielo pidiendo perdón pero ya era tarde. Desde
entonces Malé, el arcoiris, está en la Tierra.
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